El
origen de las sociedades de dominación: patriarcado, hipertrofia del
ego y sometimiento de la naturaleza.
Una de
las principales creencias en las que se nos ha educado es que los
pueblos “primitivos” sufren niveles de vida muy bajos: hambre,
enfermedades, condiciones de vida muy duras, una dependencia casi
exclusiva de la caza ejercida por varones fuertes y valientes que
arriesgan su vida para mantener al resto de la tribu y otra serie de
mitos sin fundamento.
Sin
embargo la antropología nos demuestra la falsedad de estos mitos
construidos con el concreto interés de apoyar los paradigmas del
desarrollo y el progreso ilimitados, el darwinismo social y la
competencia como ejes de la evolución natural y de las relaciones
sociales.
El
antropólogo Marshall Sahlins en su obra “la economía de la edad
de piedra” demuestra que la esperanza de vida de los pueblos
primigenios está entre 65-70 años con salud, que se nutren de forma
equilibrada con las calorías necesarias (2000 aprox al día),
siendo el 80% de las calorías de origen vegetal, es decir se
obtienen mediante la recolección de frutos, hojas, raíces y otras
partes comestibles del las plantas por lo que se refuta el mito del
cazador infatigable y de fuerza colosal que alimentaba a la tribu
matando mamuts y otras bestias enormes todos los días.
El
ecológo Bernard Campbell en su obra ecología humana, refuerza las
investigaciones de Sahlins mostrando que los individuos de estos
pueblos trabajan menos de 5 horas al día, que en sus lenguas
utilizan el mismo término para designar la función trabajo y juego,
que duermen más de 8 horas al día más dos siestas de media entre
otros muchos indicadores sorprendentes.
Por lo tanto, el trabajo productivo
y reproductivo no está dividido por sexos. Está considerado tan
importante recolectar frutos o pescar como preparar esos alimentos y
cuidar de los niños y ancianos independientemente del sexo de quien
realice estas tareas.
Como señala Steve Taylor en La
Caída, estos pueblos se sienten parte integrante de la biosfera y
del Universo y adoran a la naturaleza como “madre benefactora”.
Es por ello que los enterramientos de estos pueblos son simples. Las
tumbas presentan los mismos patrones: enterramientos sencillos y
simples ya sean grupales o individuales sin distintivos de clase
social o posición. Estos pueblos no practican religiones represoras
de la sexualidad y raras veces muestran tabues a los procesos
corporales naturales.
La arqueóloga Marija Gimbutas y
James Mellaart señalan que las sociedades del paleolítoco,
Neolitico y buena parte del Calcolítico eran igualitarias: las
pinturas rupestres muestran paisajes de vida exuberante, las
estatuillas de mujeres embarazadas que construían simbolizaban la
fertilidad. Por último las poblaciones que edificaban no presentaban
amurallamientos ni edificios emblemáticos que caracterizan una
sociedad jerárquica con estructuras de clases o castas. Todos los
edificios son de similares características.
Este tipo de pueblos los podemos
encontrar en el registro arqueológico a lo largo y ancho de todo el
planeta, desde Catal Huyuk en Turquía hasta los bosquimanos de
Botswana, los pueblos nativos de Norteamérica, las tribus del
Amazonas y los aborígenes de Australia.
Gran parte de estos pueblos se
organizan como recolectores-cazadores pero no es el desarrollo de la
agricultura, ni la sedentarización o la aparición de núcleos de
miles de habitantes, ni la división o la complejidad del trabajo
productivo las que originaron la aparición de una nueva cosmovisión,
organización social y el desarrollo del ego.
Es fácil hacerse una idea del tipo
de vida que tenían estos pueblos a lo largo y ancho de todo el
mundo: los galos como los del cómic de Asterix vivían en pequeñas
aldeas formadas por casas similares construidas con materiales
locales y rodeadas por bellos y majestuosos bosques de donde se
obtenía miel, bellotas, moras, higos y otras plantas comestibles,
jabalíes, conejos, ciervos, perdices, codornices y otros productos
de caza y como no, plantas medicinales que el o la druida empleaba
para curar.
Los
galos y otros pueblos europeos exterminados por los romanos se
dedicaban a la horticultura, recolección y caza, formando redes o
confederaciones de aldeas.
Según Felix Rodrígo Mora, en la
Península Ibérica ocurría lo mismo: Iberos y Celtas hacían pan
con bellotas y castañas, se calcula que ¾ de su alimentación se
basaba en la recolección, sabemos que una ardilla podía recorrer el
país sin bajarse de un árbol.
En
contraposición las sociedades de dominación presentan
características bien diferentes de estos pueblos: jerarquías
sociales, división del trabajo por géneros y clases sociales,
considerando el trabajo productivo como más importante que los
cuidados (cocinar, cuidar a niños, enfermos y ancianos...).
Disfrutan de mejor consideración social y se remuneran más
aquellos sectores más alejados de la producción de alimntos y más
sofisticados tecnológicamente (regla del notario de José Manuel
Naredo). Son sociedades que presentan sumisión de las mujeres y la
naturaleza, una cosmovisión ególatra, etnocéntrica, androcéntrica
y antropocéntrica, núcleos de población masificados,
enterramientos diferenciados según clase social, religiones
patriarcales y machistas, represión de la sexualidad y los procesos
corporales, etc.
Una
teoría interesante para explicar el origen de todas estos
comportamientos patológicos se remonta a la aparición de
civilizaciones complejas (4000 a.C aprox en Oriente Próximo) en
términos de producción de bienes basadas en la agricultura
extensiva y la jerarquización cuando se rompen por primera vez los
ciclos naturales de materia y energía a niveles locales.
Por
ejemplo en la antigua Mesopotamia, varios imperios lograron grandes
incrementos en la producción de cereales gracias a la irrigación.
Esto llevo a un aumento poblacional, mayor fortaleza militar y
control de las rutas comerciales. La necesidad de controlar mayor
territorio y población requiere más recursos por lo que la TRE
(tasa de retorno energético) desciende por la ley de rendimientos
decrecientes. Es decir que la cantidad de energía producida entre la
invertida decrece ya que cada vez hay que construir mayores y más
largos canales de riego, expandir el cultivo a tierras menos fértiles
y más lejanas con lo cual se incrementa el precio del transporte,
aparecen problemas de salinización etc...
Según
Joseph Tainter y Jared Diamond, serían estas expansiones
territoriales las que forzaron a extender más el cultivo y e
intensificar el riego hasta que los suelos se agotaron y se volvieron
improductivos por la deposición de sales disueltas en el agua de
riego.
Pero por
qué, dónde y cuándo empezó a producirse este cambio en las
sociedades: la teoría de Saharasia de James DeMeo.
Los
Romanos como todo imperio con un poder centralizado construían
magníficos edificios y se organizaban en sociedades muy
jerarquizadas y desiguales.
Según
Uriarte en Historia del Clima de la Tierra, en el norte de África,
oriente próximo y los desiertos de Arabia y de Rajasthan conocieron
períodos más húmedos durante esta primera mitad del Holoceno. Lo
atestiguan lechos sedimentarios de paleolagos y paleosuelos que
contienen polen fósil indicativo de una vegetación de sabana.
La selva
ensanchaba sus límites hacia el norte y hacia el sur en varios
cientos de kilómetros, ocupando paisajes que hoy son de sabana, la
cual a su vez ganaba terreno al desierto del Sahara.
Existen
pruebas arqueológicas que indican que en áreas hoy superáridas y
recubiertas de dunas, pastaba una fauna típica de sabana.
Este
autor, sostiene que en zonas en donde la lluvia anual es hoy de sólo
25 mm existía una población humana que se alimentaba esencialmente
de tortugas de aguas dulces, de moluscos y de peces. En lo que en la
actualidad es un paisaje semidesértico se han encontrado restos de
grandes bivalvos fluviales, de hipopótamos y de cocodrilos de
aquella época.
Hacia el
5.500 antes del presente las lluvias comenzaron a disminuir y ya
hacia el 4.500 el Sahara tenía un clima semejante al actual, lo que
ayudó a la densificación de la población a orillas del Nilo y a la
aparición de la civilización faraónica lo que conllevo importantes
innovaciones tecnológicas para sobrevivir: arado, irrigación, así
como un orden social basado en la competición por los recursos
menguantes y una transformación de las creencias espirituales y la
cosmovisión hacia la naturaleza y las mujeres: se rompen los ciclos
naturales y aparecen los primeros problemas de de degradación
ecosistémica graves.
El
Sahara antes de la desertización (fuente: Uriarte, historia de clima
de la Tierra)
Vegetación
africana en la actualidad, fuente:
http://geografia.laguia2000.com/economia/africa-economia-y-poblacion
Expansión
de las sociedades de dominación.
Bajo esta coyuntura, las sociedades de dominación fraguadas en la
escasez, la competencia y la violencia fueron imponiéndose
progresivamente a las sociedades más igualitarias que las rodeaban.
Por ejemplo los romanos, un imperio con poder centralizado y muy
militarista logró derrotar a los Galos y esclavizar a gran parte de
los habitante la Galia, destruyendo ciudades y pueblos como muestra
Laguna. Lo mismo se puede decir de los conquistadores españoles en
América, de hecho los cronistas y misioneros españoles de la
conquista Como Fray Bartolomé de las Casas afirmaban que los indios
eran buenos e ingenuos por naturaleza y que vivían en una especie de
paraíso terrenal donde no tenían que trabajar ni sentían vergüenza
de sus cuerpos desnudos.
Núcleos
de expansión de las sociedades de dominación 1: árabe. Núcleo 2:
centroasiático. (Fuente: http://www.orgonelab.org/saharasia_sp.html)
La
expulsión del Paraíso.
Ante el
lento proceso de desertización vivido en el Sáhara y oriente
próximo hace alrededor de 6000 años, las sociedades modificaron
progresivamente su organización social apareciendo el gobierno de
guerreros y más tarde reyes. En el registro arqueológico surgen
los primeros vestigios de muertes masivas violentas, se
desarrollaron nuevas tecnologías de apropiación de los recursos más
agresivas como el arado o la irrigación, y se extienden por doquier
los mitos de la expulsión del paraíso.
No hay
más que leer el Génesis que expresa literalmente: “te ganarás el
pan con el sudor de tu frente” “parirás con dolor”. “
Someterás a las bestias de la tierra, los peces del mar y las aves
del cielo” “Creced y multiplicaos, someted la tierra”, “el
varón someterá a la mujer”.
Tras el
Génesis, donde Adán y Eva son expulsados de un bosque virgen donde
se alimentan de frutos y plantas sin necesidad de trabajar, Abel y
Caín tienen que dedicarse a la ganadería y la agricultura en medio
de un semidesierto.
Desde
los Sumerios hasta hoy, cada civilización ha desarrollado su propia
tradición del Edén: un mundo ideal, donde los placeres y la
felicidad eterna rediman los dolores y sinsabores de la existencia
real.
El Relato
de la La Biblia tiene similitudes con la mitología egipcia, griega y
babilónica, todo indica que tienen un origen común al igual que en
el resto del mundo antiguo.
Cabe
destacar que en la tradición judeo-cristiana-islámica es la mujer
la culpable de la expulsión del paraíso por incitar a Adán a
probar el fruto prohíbido que se relaciona con la sabiduría,
distinguir entre el bien y el mal y conocer los secretos de la vida.
Las
pinturas rupestres también muestran la evolución en la organización
social y la cosmovisión: antes de la desertización las pinturas del
Sáhara mostraban animales pastando en praderas, mujeres pariendo o
amamantando mientras que tras la desertización las pinturas
representan a guerreros y ejércitos en la batalla.
Pinturas
rupestres que representan la evolución de la cosmovisión y
organización social. (Fuente:
http://www.orgonelab.org/saharasia_sp.html)
Conclusiones:
El actual
estado de degradación de la biosfera y de las sociedades humanas no
responde a un patrón biológico de comportamiento del ser humano
sino más bien a una adaptación social ante un hecho concreto que
supuso que unas sociedades se tornaran más agresivas que otras e
impusieran su modelo organizativo.
Son la
cooperación, el apoyo mutuo y la simbiosis los motores de la
evolución de la vida como demuestran las teorías de Gaia y la
simbiogénesis de Lovelock y Margulis respectivamente en
contraposición a las teorías del gen egoista y la supervivencia
del más fuerte.
Acaso
sería posible la vida en la Tierra sino existieran la Luna que con
su atracción hace girar a la tierra sobre su eje cada 24 horas de
modo que el día y la noche tengan una duración similar lo que
favorece un contraste térmico suave entre ambos. ¿Sería posible la
vida en la Tierra sin la protección del escudo antimeteoritos
que es Júpiter con su masa? Igualmente la vida no sería posible sin
la cooperación entre muchas especies de bacterias que viven dentro
de organismos más complejos como nosotros mismos.
El actual
sistema productivo urbano-agro-industrial globalizado basado en el
crecimiento económico atraviesa una profunda crisis por haber
agotado gran parte de los recursos no renovables y sobreexplotado los
renovables. Si la humanidad quiere tener éxito como especie debe de
dejar de comportarse como una patología como señala Naredo e imitar
los mecanismos que regulan los ecosistemas (biomímesis)
La
naturaleza es la única “empresa” que no ha quebrado en 5000
millones de años de historia pues el residuo de todo organismo es un
recurso para otro, es decir, que la materia y la energía están
constantemente ciclándose, es decir pasando de una forma y estado a
otro.
El mito
del bienestar basado en el desarrollo tecnológico y el consumo de
recursos materiales y energéticos han demostrado ser totalmente
falso en un mundo en el que el 80% de la población pasa hambre y
gran parte del 20% restante tiene problemas de salud por sobrepeso
como muestra Paul Roberts en su libro El hambre que viene.
A partir
de ahora las comunidades tendrán que empoderarse y empezar a
gestionar la salud colectiva y personal ante el colapso de los
sistemas de salud públicos y el coste y exclusividad de los
privados. Recuperar saberes tradicionales, plantas medicinales, ser
capaz de producir nuestros alimentos, evitar estar expuestos a estrés
y contaminantes y depender lo mínimo del trabajo asalariado se
antojan asuntos fundamentales para estos fines.
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Entrevista a
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http://www.mundo-geo.es/green-living/paul-roberts-hay-alternativas-al-petroleo-a-la-comida-no
Muy buen artículo, sería interesante conocer lo que opinan los detractores (o las lagunas encontradas) de la tesis central de DeMeo que da cuerpo a tu texto...supongo que entramos únicamente en le terreno de la arqueología que es lo único fiable que tenemos para reconstruir aquel pasado tan lejano
ResponderEliminarHola Irippo, DeMeo tiene muchas referencias bibliográficas de estudios arqueológicos. Mellart y Gimbutas son dos arqueólogos muy prestigiosos que han trabajado este tema. Yo simplemente hago un resumen de lecturas que he realizado sobre la materia porque me encanta pero no soy especialista.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu comentario